lunes, 11 de febrero de 2013

Anthony Buegess – La Naranja Mecánica


Cuenta la historia de Alex y sus tres amigos, quienes forman una banda adolescente que se pasan las noches drogados, alcoholizados, robando, violando y comportándose como buenos chicos malos.

Las “aventuras” de este joven delincuente son contadas en primera persona por Alex, un joven violento, sádico y perverso, amante de la música clásica y de la moda, quien describe con lujo de detalles y con abundancia de expresiones nadsat (una ficticia jerga adolescente, mezcla de palabras basadas en el idioma ruso, ciertas voces de la jerga rimada Cockney y palabras inventadas por el propio autor), las golpizas, los robos, las violaciones, etc. que lleva a cabo todas las noches junto a sus compañeros, hasta que la policía lo captura.

Con sólo 15 años, Alex ya había transitado un par de veces por reformatorios, pero esta vez termina en la cárcel y allí, después de dos años preso, es elegido para un nuevo programa del gobierno, llamada Técnica de Ludovico, donde en sólo dos semanas prometen transformarlo en una persona decente y que rechaza la violencia. 


La técnica de Ludovico consiste en emparejar un estímulo incondicionado (una droga que produce vómitos) con un estímulo condicionado (imágenes sexuales y de ultraviolencia) con el propósito de que a través de la repetición de dicho pareo (presentación simultánea de la droga con las imágenes) el individuo termine respondiendo a las imágenes de la misma forma en la que responde a la droga (con malestar físico). Finalmente, la presentación del estímulo condicionado, las imágenes, y lamentablemente la música asociada a ellas, provoca la respuesta condicionada de malestar físico.

Con este tratamiento Alex logra la libertad, pero los acontecimientos que siguen no serán los esperados.

Alex termina convirtiéndose en una especie de cobaya humana, pasando a formar parte de un experimento que intentará condicionar su mente y comportamiento en un intento "rehabilitador" sin precedentes.

La idea central del libro está inspirada por un incidente que le sucedió al propio autor y a su mujer durante la segunda guerra mundial, cuando un grupo de marines estadounidenses les atacaron y robaron, donde su esposa estando embarazada, sufrió un aborto a consecuencia de la agresión.

La Naranja Mecánica trata principalmente de la libertad del individuo contrapuesta al bien del colectivo, o más bien se plantea hasta qué punto es legítimo que el colectivo, a través de sus representantes (¿o son los representantes los que deciden en última instancia por el colectivo?), destruya al individuo en función del interés general.

Esta es una novela atrapante. Me pareció muy actual, a pesar de tener 50 años. Sus personajes, el medioambiente y la sociedad donde se mueven no difieren demasiado de cualquier ciudad moderna.

En una introducción de 1986, el autor aclara que en EEUU se publicó la novela sin el último capítulo, el 21, ya que su editor así lo decidió en contra de su voluntad. También que la película de Stanley Kubrick está basada en esta edición norteamericana.

Anthony Burgess dice al respecto: “(en el capítulo 21) …mi joven criminal protagonista crece unos años. La violencia acaba por aburrirlo y reconoce que es mejor emplear la energía humana en la creación que en la destrucción.

En el vigésimo capítulo no hay ningún indicio de este cambio. El chico es condicionado y luego descondicionado y contempla con júbilo la recuperación de una voluntad libre y violenta. «Sí, yo ya estaba curado», dice, y así concluyen el libro norteamericano y la película. El capítulo veintiuno concede a la novela una cualidad de ficción genuina, un arte asentado sobre el principio de que los seres humanos cambian. De hecho, no tiene demasiado sentido escribir una novela a menos que pueda mostrarse la posibilidad de una transformación moral o un aumento de sabiduría que opera en el personaje o personajes principales. Incluso los malos bestsellers muestran a la gente cambiando. Cuando una obra de ficción no consigue mostrar el cambio, cuando sólo muestra el carácter humano como algo rígido, pétreo, impenitente, abandona el campo de la novela y entra en la fábula o la alegoría. La Naranja norteamericana o de Kubrick es una fábula; la británica o mundial es una novela.

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1 comentario:

  1. Para mi es un clásico de clásicos... una historia poderosa y bien escrita. Con personajes terribles, pero que te dan ganas de proteger. Lo recomiendo chicas, es un libro muy bueno.

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