miércoles, 20 de febrero de 2013

Marqués de Sade – Justine o los infortunios de la virtud


Justine ou les Malheurs de la vertu es una novela de Donatien Alphonse François de Sade, más conocido en la historia de la literatura como marqués de Sade. La primera versión de la novela fue escrita en 1787. En 1791 y 1797 se editaron dos versiones diferentes.

Justine y Juliette son dos hermanas adolescentes de 12 y 14 años que por los infortunios de la vida quedan huérfanas. La muerte de sus padres les arrebata una vida de lujos y privilegios y deben continuar su vida en un convento.



Pero la mala vida que les hacen llevar las monjas las deciden a escapar. Juliette, la mayor, se inclina por una vida libertina y corrupta. En cambio Justine decide preservar su virtud y llevar una vida honrada.

Pero el mundo que le espera, corrupto y degradado al extremos, la llevará a sufrir años de abusos y vejaciones de todo tipo. Será violada, sodomizada, corrompida y torturada por una serie de personajes que en un principio parecían seres honestos y dispuestos a ayudarla.

A pesar de todo ello, Justine se mantendrá firme en sus convicciones y si bien no puede resguardar su virtud física intentará por todos los medios defender su integridad moral.

Justine simboliza la virtud que con una escasa inteligencia debe enfrentarse a las artimañas del vicio y, contrariamente a lo que cabría esperar, en lugar de ser recompensada por mantener su virtud, lo que recibe es toda clase de agravios.

Por el contrario, los libertinos que abusan de ella se ven recompensados. Sade vierte en esta obra su misantropía, describe cómo en la sociedad en la que le tocó vivir practicar la virtud siempre resulta oneroso, mientras que quien practica el vicio encuentra a una sociedad cómplice y corrompida, lo que le permite adquirir ventaja.

Es en esta obra de Sade donde más claramente puede apreciarse la influencia de Voltaire y sus cuentos filosóficos (concretamente nos recuerda a Cándido). Como suele suceder en las obras del marqués, las peripecias narradas parecen ser una excusa para posibilitar la exposición de diferentes sistemas filosóficos.

En Justine, Sade se vale de la protagonista para simbolizar la virtud y manifestar su pesimista tesis según la cual, la virtud es sistemáticamente aplastada por el vicio; mientras que el vicio, libre de valores y principios, cobra ventaja y prospera. Partiendo de esa tesis, en la introducción, Sade se preocupa por aquellos que carentes de una formación moral sólida puedan llegar a la conclusión de que es mejor, más ventajoso, practicar el vicio y no la virtud.

Dentro del relato, los personajes argumentan sobre sus posturas filosóficas para dar rienda suelta a sus más bajos instintos. Mientras leía esos argumentos, me venía a la mente la filosofía de Friedrich Nietzche y su “invención” del “superhombre”, ser librado de toda atadura moral y que heredará la tierra de los hombres comunes, por ser animales debilitados y corrompidos por la moralidad impuesta por las religiones.

Si bien las escenas de sexo a las que es sometida la pobre Justine pueden llegar a ser perturbadores, aún hoy en día, Sade demuestra a lo largo del texto una gran erudición.

Libro muy recomendable.


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2 comentarios:

  1. Este marqués de sade ha sido un verdadero degenerado. El libro está muy bien escrito, pero destila una inmoralidad y una falte de humanidad y contra jesucristo que me ha espantado.

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  2. HUUUUYYYY Mariana!!! Es cierto sobre que es un degenerado, pero escribe muy bien... y es realmente excitante!!!

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